¡HOLA!
Con todo esto del confinamiento, si para algo ha dado el tiempo ha sido para ver series y películas. Nosotros, el otro día vimos Toy Story 4 y, pese a la expectativa inicial (basada en la creencia de que íbamos a ver otra aventura de Woody y poco más), un aspecto del largometraje nos hizo cambiar totalmente la perspectiva.
Toy Story 4 ganó el Óscar 2020 a la mejor Película de Animación. Esta idea no me gustaba antes de ver la película, pues le había arrebatado el Óscar a la española Klaus que, a mi parecer, también lo merecía y mucho.
Pero...¿qué nos hizo cambiar de actitud? La presencia del camping. Hasta ahora estamos hartos de ver cómo se utiliza el mundo de las caravanas, las campers o las autocaravanas para albergar a personajes cinematográficos con muy pocos recursos o con expedientes un tanto truculentos. Siempre se asocia el campismo a la pobreza y al desorden y eso, a mi, me molesta.
En Toy Story 4, la protagonista tiene una autocaravana y, a diferencia de sus precedentes de la gran pantalla, en esta ocasión se normaliza este tipo de turismo proyectando imágenes de una autocaravana que hace feliz a la familia, que tiene todos los recursos que ellos necesitan y que facilita mucho que la niña lo pase en grande.
No es, ni más ni menos, que lo que nosotros vemos en el día a día de nuestra forma de viajar.
Viajar con nuestra autocaravana, caravana, camper o tienda no es cochambroso, no es para hippies, no es para ricos y no es para alternativos. Es otra forma de ver la vida, tan respetable como quien la ve desde un hotel, un albergue o una casa rural.
Me alegro mucho de que Bonnie, Forky o Woody hayan compartido nuestra afición.
Considero que es una película necesaria para nuestros peques, pues así verán que nuestra forma de viajar y hacer turismo también sale en las películas.
¿QUÉ OPINÁIS?
¡Un abrazo viajeros autocaravaneros!